CETRO DE CUARZO
Un cetro de cuarzo es una larga vara central de cuarzo en torno a uno de cuyos extremos se ha formado otro cristal. Hay una forma menor de cetro en la que la vara de cuarzo tiene un borde diferenciado y una punta más ancha y también existe el cetro invertido, en el que un pequeño cristal o punta opaca emerge de una piedra que tiene una base mayor.
El gran cetro de cuarzo es una piedra muy especial. Usado como herramienta de meditación, vincula con la sabiduría de las edades y facilita la canalización de vibraciones elevadas. Generando y amplificando la energía, el cetro de cuarzo es una excelente herramienta curativa, pues dirige la energía sanadora al núcleo del problema o al centro de los cuerpos sútiles. La alteración se disuelve, y las energías se reestructuran a nivel físico, emocional, mental y espiritual, tal como sea adecuado. Es especialmente útil cuando la energía tiene que transmitirse en una dirección concreta.
Cuenta la leyenda que estas piedras eran utilizadas como símbolos de autoridad espiritual en la Atlántida y en Lemuria y que han vuelto a surgir para traer el poder cristalino hasta nuestros días. Siendo un lingam (falo) natural, pueden usarse para tratar problemas de fertilidad y equilibrar las energías masculinas y femeninas.
Los cetros de cuarzo invertidos transmiten energía curativa, la limpian y después la devuelven al sanador. Liberan la mente de falsas ilusiones y la llevan a un punto de quietud.
También hay otros cristales que pueden tener forma de cetros. Las largas y delicadas varas de selenita, a veces, están adosadas a otros cristales para formar poderosas herramientas curativas que resuenan a una alta frecuencia e imparten profunda sabiduría y antiguos conocimientos. El cetro de selenita puede usarse para cortar ciertas partes alteradas o dañadas de la plantilla etérica que acarrean la impronta de heridas de vidas pasadas a nivel físico o emocional, y que hay impactado en nuestro cuerpo actual.